domingo, 14 de julio de 2013

Robaste un pedacito de cielo,
maravilloso en extremo
el cual cada mañana se posaba
sobre ti para iluminar tu día;

Habitaba en el reflejo de tu mirada
sin parpadear un solo instante
y se entrelazaba con la suave luz
que tu rostro reflejaba al sonreír...

lo tomaste cual blanco vestido sobre tu piel,
púrpura y madera sobre tus encantos,
lo bordaste de besos y carmín,
de sentimientos...de ti;

robaste un trozo de cielo hermoso,
enamorado y noble,
rebosante de encanto y mar azul
en el que tatuaste tu nombre...mi corazón.

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