viernes, 4 de abril de 2014

SENTENCIA DE MUERTE



Por qué me miras con desprecio?
Fue la blanca lengua de la muerte
quien sembró el pecado fatal!

Hoy mi vida sabe a polvo y ceniza,
mis besos se convirtieron en espinas
y  los brazos que te acogieron ya no están,

Me has lanzado a las sombras
a ese lugar hediondo de donde me sacaste
y surtes la condena injusta pues no tuve defensa;

A veces pienso que todo es un sueño
y así como viniste así te vas,
sonriendo por fuera cual fachada monumental;

Me devuelvo a la tristeza y la soledad
que aguardan con delicias mi retorno
escarnio existencial sobre mi alma torcida;

Me declaro culpable de todo
pues jamás fui libre de culpa
intenté vivir una vida prestada a tu lado;

No  tengo excusa ni argumento
para refutar tus decisiones tormentosas
para ti, para mi,  y al final la ganadora es la tragedia;

Beberé mi última noche en este lugar
enjugando lágrimas
sobre este corazón de cartón y tela enmohecida,

Viviré tu condena cada día amándote
y recordándote que nada me detendrá para ello,
ni aún esta terrible sentencia de muerte.