Quiero ser por siempre tu poeta enamorado,
ese que provoco un nuevo despertar de amor
en esa preciosa joya color carmesí
que aprendí a proteger con mi vida entera;
quiero ser tu eterno admirador,
caminar junto a ti por la vereda iluminada
de chispas blancas que mágicamente
se posan sobre las madejas de tu cabellera;
quiero ser en ti un todo
que no te falte nada fuera de mi,
pues me sobra vida para amarte
y amor para que sonrías por la eternidad.
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