la apariencia te engañó
como un espejismo
en medio del cruel desierto,
lugar de penurias
y de injusticias latentes
donde el bueno se viste
como príncipe adulador,
mas yo prefiero otra cosa
pues prefiero darte mi amor,
mis letras, mis querellas
en medio de la nada
y llevarte a un castillo de letras que erigí
cimentado en una bella esmeralda
esculpida para ti.
Eres mi doncella amada
y yo el caballero de armadura
que va y viene de la batalla
pero que al volver te adora con locura,
Perder el rumbo hacia ti será imposible
pues mi corazón indolente moriría
siguiendo espejismos sin sentido
ausente, distante y perdido en la lejanía.
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