¿Quién se ha creído el tiempo que se fue de mi reloj y las montañas por qué cubrieron el sol mientras yo lloraba mi desgracia frente a un trozo de marmol tallado?
Si creyera que este es el fin sería muy dichoso y afortunado porque cesaría este dolor que me arranca el deseo de vivir.
Sin embargo debo caminar una milla más esperando que alguien se apiade de mi y termine con este cruento sufrir que el destino me dio como seña de mi existir.
Quisiera reír tan solo por un minuto y tenderme en la llanura nuevamente como cuando el día en que te conocí y me clavaste la mirada para nunca más irte de mi.
Pero estoy aquí, parado bajo la lluvia que despiadada ha borrado las huellas que dejé y hoy solo me queda seguir hacia adelante y huír de esta tierra del olvido.
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