lunes, 13 de febrero de 2012

SIN PALABRAS

Fue el amor y nada más,
no hubo receta alguna
o historias alegóricas demás
que nos acompañaran bajo la luna,
aquella que por primera vez
recogió nuestros verbos entrelazados,
y nos vistió de algo mutuo
que combinó melancolía y sonrisas,
sentimiento y caricias,
abrazos y poesía,
cuando solo era nuestro espacio
en el remanso de nuestra soledad.

Nos envolvió la energía
que emanaba de nuestros cuerpos
y brotaba con cada sílaba
destilada en los dedos
que presurosos armonizaban
la danza que nuestro corazón tenía
cuando las risas resonaban
cual timbales del jardín donde crecías,
bella, frondosa y singular,
siendo la esencia vital
de todo el universo,
ese universo nuestro y de nadie más.

Fueron los días,
rosas que marcaron tu vereda
y yo un simple jardinero
en medio del color sin igual
de tu hermosa presencia
al caminar junto a mi
en esta estrecha senda
que ahora transitamos,
y que siendo aún como soy
me tomaste de la mano
para juntos poder bailar
aún bajo nubes grises que goteaban,
en aquellos días sin sol.

Sobran los porqués
para expresar lo que el corazón siente
lo que hace de mi
un alma viviente
enamorada locamente
de la dama que eres
que conquistó mis momentos de amor,
con el solo roce de sus manos
sobre mi alma vestida de tus risas,
fueron los saberes de tus besos
que cambiaron la amargura de labios
en suave y dulce miel;
fue un impulso del corazón que nos unió,
sin decires, sin pretextos o excusas,
sin palabras, solamente el amor.

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