Veo llover con estos ojos
Que sin malicia creen que es bendición,
Aunque se aneguen las calles
Que he de transitar
Pues tengo un corazón de niño;
Siento la lluvia humedecer mi piel
Y no encuentro el sentimiento
Que ella me produce,
Solo sé que me hacen reír las gotas
Que parecen hormiguitas al recorrerme;
Veo al cielo y sigue derramándose sobre mi
Y creo sin dudar que es Dios
Quien me sigue bendiciendo
Para hacerme crecer, para refrescarme
Porque él quiere verme
Bailar bajo su preciosa lluvia.
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