¿Quién te dijo que serías mía?
¿Fue nuevamente el corazón que se equivoca,
O el simple hecho de sentirte amada
Por el despojo que deja otra mujer?
Y es que has intentado buscar los labios perfectos
Pero te has quedado en el chiquero
Besando a los cerdos que tanto te agradan
Y que berrinchan por darte un hijo igual a ellos.
Te rebajaste a eso porque olvidaste ser mujer,
Una dama con cordilleras
Con montes llenos de pasto y cerebro
Porque hoy piensas por en medio de las piernas.
Ya nadie quiere ser tu amante
Porque te olvidaste que el valor del amor
Radica en lo que eres y no en lo que otros pretenden
Y quedaste sola, sucia y olvidada por los demás.
Mientras yo, sentado en el desván
Recuerdo con nostalgia la primera vez que te besé
Y todo tu mundo voló junto a mariposas en la piel,
Piel con olor a frescura y sencillez.
Por eso me buscaste, luego de correr sin llegar,
De anhelar sin hallar,
De sonreír sin ser feliz
De amar con la lengua y el sudor de una noche cualquiera.
Es mejor que huyas en medio de las sombras,
Antes que la luz revele tu identidad
Porque el amor que quise hallar en ti fue tortura
Cuando comenzaste a amar al que nunca te correspondió.